Pues mi hermano sí que lo
recuerda, porque cuando el anteaño pasado fuimos a pasar las vacaciones en
Perú, lo primero que me preguntó fue: “¿Y realmente existen los chinos
filipinos?”
La respuesta más corta es sí. La respuesta más larga envuelve una de las
culturas que más influencia ha tenido y tiene en la historia, arte y hasta
religión en Filipinas. El Tsinoy o Tsinong Pinoy (o chino filipino, Pinoy es el
término que utilizan los filipinos para identificarse) es un ejemplo de cómo un
grupo étnico despreciado llega a ser un eje importante en una sociedad que no
es la suya.
Entre los paseos que hemos hecho en Manila, (Lo confieso, no muchos. Me
gustaría tener más tiempo para el turismo, pero estoy redactando mi tesis
doctoral y la verdad es que me absorbe) está el realizado al “Bahay Tsinoy”, el museo de la
vida de la comunidad china en las Filipinas.
Según los informes que obtuve en el museo, ya desde la época de hielo
algunas tribus del sur de China llegaron a las Filipinas para establecerse. Más tarde, durante el siglo X, hubo un activo
intercambio comercial entre ambos países: los chinos ofrecían sus sedas, los
filipinos sus perlas a cambio, entre otras cosas. En los anales del Sultán de Sulu
Paduka Batara, hay una narración de su visita a China en 1417, para pagar
tributo a la corte imperial del Emperador Yung Lo.
Durante la época española muchos más
chinos llegaron a las islas, pero en este caso no solo como mercaderes, sino
también como artesanos y mano de obra. Se
dice que le 90% de los chinos que llegaron durante el régimen colonial,
procedían de Fujian, el otro 10% de Cantón. Desde el principio los españoles
desconfiaron de la afluencia de chinos que llegaban a la isla, esto quizá no
solo por razones económicas sino también
políticas ¿Y qué tal si se organizaban y se armaba una revolución? eran
pues un grupo marginado. Una manera de
asegurarse un puesto en la sociedad manileña era bautizarse, los que no lo hacían
simplemente la pasaban bastante mal. Así es como los españoles obligaron a los
chinos que rehusaban convertirse al catolicismo, a vivir en barrios denominados
“Parian”, cuyo nombre ya muestra el grado de segregación.
Para trabajar y hacer negocio con intramuros (porque curiosamente ellos
eran una parte muy importante para la economía colonial) debían entrar por el
Puente del Parian, que unía este barrio con el centro de
la ciudad. La vida en ese barrio no era fácil, había múltiples asesinatos a
diario, de cuando en cuando los españoles encontraban una razón para realizar
masacres con la excusa de poner las cosas en orden, para colmo debido a las precarias
construcciones los incendios eran comunes, y cuando se quemaba una casa… se
quemaba casi todo el barrio. Por esas razones el emplazamiento del parian
cambió hasta 9 veces. Cuando los pobres chinos se dieron por vencidos y se
volvieron todos cristianos, el último parian desapareció.
Los chinos filipinos tienen una gran
influencia en la cultura de este país. Los primeros tres libros impresos en las Filipinas los hizo Keng
Yong en 1593 (catecismos… los tres). Cuando a finales del siglo XIX, los españoles
decidieron volver a hacerle ver la vida a cuadritos a los pobres tsinoys, éstos
se organizaron para crear instituciones que los protegieran, como colegios
hospitales y cementerios (un pequeño paréntesis para decirles que es
imprescindible visitar el cementerio chino), la Cámara de Comercio China, China
Bank, entre otras instituciones y negocios. Inclusive son los “mestizos” chinos
(llamados tornatrás durante la colonia) los que fomentaron los movimientos
revolucionarios que llevaron a la caída de la dominación española. El famoso
José Rizal fue de ascendencia china. Igual lo fueron los trece mártires de
Cavite, ejecutados por los españoles el 12 de septiembre de 1896. Y es que como
en otras partes del mundo, los inmigrantes chinos se las arreglaron en este
país para gozar de una buena situación económica. Entonces pues durante la
colonia eran estos chinos-filipinos los que podían viajar y estudiar en el extranjero.
Al regresar, era obvio que llegaban con ideas progresistas y con ganas de
cambiar la sociedad. Durante la colonización Norte Americana, ellos también
estuvieron presentes. Sobresale José
Ignacio Paua, no solo porque no era mestizo como los otros (era 100% chino),
sino porque luchó tanto contra los españoles como contra los norteamericanos.
Contra la colonia española no solo luchó en batallas sino que formó una
herrería en donde construida y reparaba armas para los republicanos. Contra los
norteamericanos se dedicaba a recolectar dinero para los revolucionarios, dicen
que logró así grandes cantidades que ayudaron a la causa.
Aún ahora los tsinoys son los que poseen gran cantidad de empresas en las
Filipinas. Pertenecen a las clases media o alta y tienen gran visibilidad en
todos los campos. Desde Ferdinand Marcos hasta Corazón Aquino, desde los dueños
de los grandes malls hasta la dueña del apartamento que alquilo, muchos
políticos, empresarios, artistas, tienen ascendencia china. Inclusive muchos
utilizan dos nombres. Así pues el cónsul honorario de Perú en Filipinas se
llama Ang Biao en chino… y Francis Chua en cristiano. Explíquenme cómo puede
cambiar tanto un apellido. Pero de que es la misma persona estoy segura, pues
yo pensé que eran dos diferentes y llamé al consulado para asegurarme a quién
enviarle una carta. La secretaria me explicó en embrollo.
Y como siempre esto me permite pasar a mi tema favorito: el sincretismo
religioso. Mucha de la mano de obra china durante la colonia fue utilizada para
construir iglesias, lo que da una arquitectura muy interesante a las iglesias
filipinas y al culto en sí. Es común no solo prender velas según el color del
milagro que se quiera, sino también varitas de incienso, lo que evidentemente
viene del budismo. La iglesia de Binondo está muy ligada a los tsinoys (otra
joya digna de ser visitada… les recomiendo no ir como turistas, sino quieren
ser desplumados).
Fue fundada por los
dominicanos para el uso de los chinos convertidos al catolicismo. Esta iglesia
es también conocida como la Basílica Menor de San Lorenzo Ruiz, primer santo de
las Filipinas y de origen chino, por supuesto.
Oficialmente no hay muchos tsinoys budistas, pero extraoficialmente
encontramos pruebas en el tipo de cristianismo practicado. Inclusive algunos
optan por decir que son cristianos budistas. Se dice por ejemplo que la imagen de
Nuestra Señora del Pronto Socorro (1586, pintada por un anónimo chino), muestra
a Kwan Yin, diosa china de la misericordia.
En otras palabras los budistas simplemente remplazaron sus dioses con
imágenes católicas. Igual como muchos nativos hicieron en América Latina. E
igual como en otras partes del mundo los chinos llegaron como una minoría y se
impusieron cultural y económicamente, integrándose y al mismo tiempo
conservando parte de sus tradiciones. Como ven: it is a small world after all.
Ps. Hay muchas más cosas que decir sobre los tsinoys, yo solo he hablado de
lo que como turista me impresionó. Les recomiendo entrar a la página del museo
si les interesa saber más. Es realmente sorprendente. Tampoco he puesto muchas fotos, porque realmente las tomo muy mal (para muestra: la foto de la virgen) y las del museo son más claras (¡además está prohibido tomar en un museo!).
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