Hay muchos acuarios y parques acuáticos
en este país y ofrecen muchas cosas divertidas. Las entradas no son muy altas
en realidad, pero como te ofrecen desde besar a los delfines, hasta meterte en
el tanque para que te tomen fotos… hay que tener cuidado con el bolsillo, que
entre extra y extra, se te va el dinero literalmente como agua.
Al llegar fuimos la famoso “Ocean Park”
de Manila. La entrada solo les da acceso inmenso “ocenarium”,
con el más largo túnel bajo el agua de Asia, (¡25 metros de largo!) por el cual se puede observar alrededor de
300 especies diferentes de animales marinos nativos de las islas Filipinas.
Otras atracciones son: el espectáculo de
las medusas, de los lobos marinos (sudamericanos para más detalles), una
piscina al aire libre, una fuente de
aguas bailarinas, pingüinos en su “habitat natural”, por lo cual uno debe
vestirse con ropa de invierno para poder entrar (me supongo que será un bono
extra para los filipinos, quienes nunca necesitan vestirse así en realidad), entre otras cosas. También tiene un hotel y spa que dicen es muy bueno . La
característica de este spa es que todo está construido alrededor del tema marítimo.
Inclusive hay cuartos en los que en vez de ventanas tiene acuarios y los
tratamientos en el spa son todos ecológicos y se supone que están
especializados en cargarte de de iones
negativos, que al parecer son los que evitan el envejecimiento (sic). El “Hot bed treatement” es especial para eso.
Se supone que 30 minutos en esa camita te limpia el colesterol y otras toxinas
que tengas en el cuerpo, te fortalece el
sistema inmunológico y te mejora la circulación, el metabolismo y la presión
arterial.
Nosotros nos quedamos solo con el
ocenarium, que igual ofrece sus “extras” estos son: remar sobre un bote con
piso transparente – para poder ver los animales, por supuesto – y bucear en el
pleno acuario. Aunque no lo crean, nos metimos al acuario.
Las “otras cosas” de las que hablaba al
principio son diversas tiendas, restaurantes y hasta discotecas (Este acuario
se encuentra en el “Manila Bay”, que tiene fama de tener una vista
impresionante a la puesta del sol. Sería tonto no aprovechar eso para darle un
toque de color a la vida nocturna) Esas cosas evidentemente nos interesaban
menos que los “extras”… excepto por una experiencia que les recomiendo: el fish spa. Realmente muy barato,
durante media hora unos pececitos originarios de Turquía, te comen todas las
células muertas y callos que tengas. Al principio la sensación es sorpresiva y
como que uno siente que no podrá resistir, pero luego se acostumbra y aunque
parezca increíble, realmente es lo más relajante que uno pueda hacer: los pies
quedan como caminado entre nubes. No, imposible tomar fotos, ni antes
(preocupada de cuánto realmente comen de mi piel los animalitos ¿no serán algún
tipo de piraña?) ni después (Lo siento, tan relajada que… ¡me voy a poner a
pensar en fotos para mi blog!)
Y hace poco fuimos a otro famoso parque
acuático filipino: el “Ocean adventure” en
la bahía de Subic.
Esta bahía es también un puerto libre, que anteriormente fue el emplazamiento de la más base naval Norteamérica en las
Filipinas: “la U.S. Naval Base Subic Bay”. Tiene unas
playas muy lindas y curiosamente no tan llenas como uno podría suponer, para
ser un lugar tan popular. Además del “Ocean Adventure” tienen otras
atracciones, pero no pudimos ir más que allí, porque todo está
(sorpresivamente) tan bien organizado, que al entrar te entregan un estricto orden
de asistencia para los espectáculos. Así que si no estás a la hora… pues
pierdes tu turno, que ya hay otros esperando.
No
tiene tanta variedad como el “Ocean Park”, pero el orden y organización hace
que lo prefiera. Hay un espectáculo de delfines, otro de lobos marinos, uno de
acróbatas (tipo Tarzán) y finalmente una interesante presentación de animales
terrestres nativos y de cómo los indígenas filipinos aprovechan su hábitat. Así
pues aprendí que el bambú es el “tupperware” de la selva filipina, no solo se
come y se toma el agua de él, se hacen armas,
cacerolas, fuego, y hasta un vaso y una cuchara.
El
presentador lo hacía con tanta naturalidad, que uno no podía menos que
preguntarse qué significa una “civilización superior”, porque seguro que por
ejemplo yo en la selva ya me hubiera dado un buen machetazo en la pierna… y no
habría comido ni un bocado. Para mí, una civilización que se adapta
perfectamente a su entorno y que lo aprovecha a lo máximo, es una civilización
superior.
Los
animales del “Ocean adventure” son todos rescatados, inclusive los que no son
marinos. El espectáculo “fuera del agua” inclusive tenía perros y gatos
callejeros. Lo que más me llamó la atención fue un pequeño búho, que cuando
terminó el espectáculo estaba esperando con los ojos semi-cerrados a que la
gente lo acariciara. Yo primero me asusté, porque tenía los ojos tan rojos que
yo pensé que el pobre animal estaba realmente asustado y además enfermo de
tanto que lo tocaban. Pero cuanto lo acariciabas, cerraba completamente los
ojos en un transe casi orgásmico y te ponía la cabecita de costado para
indicarte que le rasques el cuello. Por otro lado cuando se dio cuenta que la
gente empezaba a hacerle más caso a un perro que a él, abrió sus inmensos e
impresionantes ojos rojos y miraba para atrás, como quién no entiende qué pasa
(¿No ven que yo soy más bonito?) Si alguna duda me quedaba sobre la salud del
buhito, ahí desapareció por completo.
Nos divertimos mucho
en Subic, fuimos un rato a la playa, nos tomamos fotos con los delfines y los
lobos marinos. También con el búho, pero lamentablemente mi hija perdió su
cámara y solo tengo las fotos de los delfines, que fueron tomadas por el propio
personal. En todo caso, si están
con niños en Manila, éstos son dos
paseos que les recomiendo.
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