Como feminista, estoy harta de que se me identifique con esas “cosas” que
odian a los hombres y que piensan que ser feminista es cortarse el pelo y
escupir en la calle. Como católica me revienta que piensen que soy parte de
grupúsculos oscuros como el Opus Dei. Como izquierdista, me molesta que cuando
invito a alguien a casa y ve la estatuilla del tío Lenin en el salón,
inmediatamente me lance una mirada que pareciera decir “en cuanto salga de esta
casa, ¡la denuncio a la CIA por terrorista!”. Igual pasa con algunos amigos
musulmanes que están cansados que los crean fundamentalistas. ¿No les han ocurrido experiencias similares?
Cualquiera que sea la posición ideológica, o política, las personas que no
están enteradas del asunto, siempre nos identifican con las minorías más
radicales. Y lo curioso es que como
digo, por lo general, estos grupos NO nos representan para nada pues son una
MINORÍA. ¿Qué ocurre entonces? Pues que al no ser mayoría, se organizan muy
bien, sobre todo económicamente, aprovechan todo espacio disponible y hacen
mucho ruido para poder llamar la atención. Y en general lo logran. Así pues, en
un país luterano como Finlandia, prácticamente están presentes sólo los del
Opus Dei y como los luteranos poco saben de la religión católica, creen que
todos cojeamos del mismo pié. Igual pasa con ciertos grupúsculos islámicos en
países occidentales. Y se crean odios y desconfianza.
Y
mientras tanto, ¿qué pasa con nosotros, con la mayoría? Ese es otro problema.
Las mayorías, de cualquier grupo que sea, por lo general somos muy respetuosos
de las diferencias, inclusive dentro de nuestros propios grupos. Entonces, por
más que no estemos de acuerdo, los dejamos existir, les damos su espacio,
movemos la cabeza comprensivamente ante sus ideas extremistas… y antes de que
nos demos cuenta, ya nos están representando. ¿Pero cómo?, ¿no que eran
minoría? ¿Y de dónde sacaron el dinero? ¿Y cómo se consiguieron esos contactos?
¿Y QUIÉN LES DIO PERMISO DE REPRESENTARNOS? Y es que mientras nosotros
defendíamos la “libertad de expresión”, ellos se tomaron la libertad de
expresarse en la voz más alta que sus escasas gargantas les permitían.
Y yo digo
¡basta ya! ¿Porqué dejarnos “representar” por grupos que para nada forman parte
de lo que la REAL mayoría piensa? MODERADOS DEL MUNDO UNÁMONOS: Defendamos
nuestro derecho a ser grises, a ser blandos, a ser tibios, porque JAMÁS los
extremos han sido buenos y muchos ejemplos tenemos en la historia que lo
comprueban. Atrevámonos a reclamar nuestro espacio, a gritarles a la cara que
ellos no representan nada más que sus propios intereses, a identificarnos
abiertamente, con orgullo, a la ideología a la pertenecemos y decir que somos
MODERADOS y respetamos que los otros también lo sean.
Porque
ser grises, ser blandos, ser tibios, ser moderados no debe significar ser
pasivos, tomemos activamente el espacio y la ideología propia, seamos realmente
mayoría. ¿Quién dice que las religiones deben ser intolerantes? ¿Quién dice que
hay razas superiores? ¿Quién dice que occidente es mejor que oriente? ¿Ustedes
piensan así? La mayor parte del mundo no lo piensa, entonces ¿Porqué tantas
guerras? Defendamos radicalmente el derecho que tenemos de ser moderaros y en
éste grupo está la mayoría. En nuestras manos, en nuestras decisiones, está cambiar
la historia.
MODERADOS DEL MUNDO: UNÁMONOS Y DEFENDAMOS
RADICALMENTE NUESTROS DERECHOS.
No es una broma,
se aceptan adhesiones
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